Hablar de autismo significa hablar de personas con una condición que, más allá de las diferencias individuales, manifiestan de formas muy diferentes la propia discapacidad.
A partir de las características nucleares comunes, los mecanismos psicológicos que condicionan el procesamiento de la información y la forma de aprender y dar respuesta a las exigencias del entorno, las expresiones conductuales, el nivel cognitivo, el perfil de habilidades adaptativas, etc., provoca que muchos investigadores hablen actualmente más de autismos que de autismo.


Estos avances nos sitúan en un momento en que son muchas las organizaciones y profesionales que comparten una misma filosofía y metodología para mejorar la calidad de vida de las personas con TEA y sus familias.


A partir de los avances en el conocimiento y adecuación a la persona, van surgiendo nuevos retos y necesidades: el desarrollo de nuevos perfiles profesionales más vinculados a ofrecer apoyos para la vida principalmente en entornos comunitarios, la necesidad de diseñar nuevas actividades que aporten sentido y propuestas innovadoras de intervención que aseguren el desarrollo de capacidades, opciones para distintas etapas vitales, etc